Misión cumplida


Cuando leas esto, José Miguel y 'Canijo' ya se habrán marchado. No tienen nada y, sin saberlo, a mí me han dejado mucho.

El momento fue emocionante. Doy gracias por haberlo vivido. Por encima de los 130 euros que tuvo que pagar, de la mujer misteriosa que lo acompañó y que no quiso salir en las fotos, de los malos modos de los empleados y de la gerente de la perrera...

José Miguel no quiso esperar. Sabía muy bien en qué celda estaba su colega y se lanzó a por él. Luego, durante unos minutos y ya fuera del penal canino, ambos se abrazaron, se besaron, jugaron y lloraron.

Ya juntos volvieron a su esquina. Aquello era una fiesta. He visto a gentes de todas clases y condiciones sonreirles y felicitarlos.

Ambos me han hecho depositario de tres cuartillas de cuaderno en las que, a su manera y con toda la subjetividad del mundo, José Miguel explica lo sucedido y os agradece a todos el interés mostrado. Quiero que vosotros también lo tengais.

También me han regalado unas cuantas fotos muy valiosas. Valiosas, porque después de dos semanas con la cara picada de amargura, por fin José Miguel me mostró su sonrisa. Nunca pensé que en esa piel curtida, oculta por melenas y barbas, castigada por los reveses de la vida, se pudiese reflejar tanta felicidad. Para vosotros son.

Me da pena que se vayan. Ya me había acostumbrado a sentarme un rato en su manta y charlar. A la fuerza y aspereza de su mano cuando se despedía y me daba las gracias. Suerte, compañero.

Se van porque tienen miedo. Miedo a que los separen otra vez. Caminan hacia el sur. Yo sé adonde, pero ellos no quieren que lo diga.

No sé si tienen razón o no. Si es justo lo que ha pasado. No sé si me he puesto del lado correcto. Pero esta noche he dormido tranquilo. Como un bebé.

Mil noches más como esta.


Eiquí sómosche así



Este finde toca Chikilicuatre.

Pericles

Contaban que un día iba Pericles andando solo y meditando, pensando en sus males, en lo mal que le iba, en los enemigos que tenía y que le habían arrebatado mucho. Meditaba, y a la vez comía un mendrugo de pan y tiraba alguna miga al suelo.

"¿Habrá algún hombre más desgraciado y pobre que yo?"

Entonces echó una mirada para atrás y vio que otro hombre recogía las migas que había tirado.

Y hablando de violinistas...


Antón y Ana son de un joven que insulta. Y ya viven de lo que más les gusta. La música. Pero están de capa caída. Uno de esos imbéciles que pululan por las calles les desvalijó el coche la semana pasada. Les llevaron un frac (que cuesta una pasta), algo de dinero, un par de discos y otros tantos libros...

Y un maletín lleno de partituras.

Probablemente el imbécil profundo que se llevó todo eso habrá tirado las partituras a la basura. O se habrá calentado su imbécil culo con ellas. Le habrá importado un pijo que en ese maletín negro vaya el trabajo de más de diez años. Que hayan tenido que pedir prestadas otras para seguir tocando y poder vivir. ¡Qué sabrás tú, imbécil, lo que es trabajar para poder vivir!

Me cuentan que a punto estuvieron de dejar sus violines en el coche. Era tarde, casi madrugada, y estaban agotados. Regresaban de Lugo de tocar y al día siguiente, madrugón. De haber sido así, el imbécil se hubiese llevado además dos piezas de varios miles de euros cada una. Pero como imbécil que es, las hubiese vendido por los diez euros que cuesta una papelina, o las hubiese quemado para asar un chorizo criollo.

Así que escúchame bien, imbécil. En el improbable caso de que llegues hasta aquí y leas esto, no me jodas y devuélveles las partituras. Llámalos, imbécil. Te doy su teléfono. 669 268 851. A lo mejor, imbécil, si sabes hacer bien las cosas, hasta te dan una perras de recompensa para que te sigas quemando las venas por ahí.

Imbécil.

El violinista del Titanic



Jock era el más jóven de la orquesta. Su verdadero nombre era John Law Hume. Murió a los 21 años, tocando el violín en la popa de la cubierta de botes del Titanic. Esa misma noche perdieron la vida otras 1.522 personas.
Era su primer viaje. Fue el último.

El director, Wallace Henry Hartley, ordenó que no cesase la música. Sabía que tranquilizaría a muchos de los pasajeros. "¿Cómo va a ser cierto que el barco se hunde si la orquesta sigue tocando?".

Días después, su cadáver era rescatado del mar por la tripulación del MacKay Bennett. Fue reconocido gracias a una fotografía. Entre sus pertenencias, poco más que una navaja, un reloj y un paquete de tabaco. Yace en una modestísima tumba, la 193, del cementerio Fairview, en Halifax (capital de Nueva Escocia, Canadá).

Sus padres solicitaron a la compañía una indeminización por la irreparable pérdida. La empresa, C.W. and F.N. Black, no sólo les negó el dinero. Mediante una sorprendente carta le reclamó a la familia los cinco chelines y cuatro peniques que costaba el uniforme, y que era propiedad del empresario.

Seguiré tocando hasta que me hunda, pero no me pidais que os pague la camiseta.

¡Qué envidia!

Este tío tiene diez dedos.

Como yo.

Y una guitarra.

Como la mía.

¡Joder, que envidia!




Se llama Pedro Javier González.

Salvemos a 'Canijo'


Os lo había prometido. El de la foto es mendigo. Acostumbra a apostarse en la esquina del Cantón Pequeño y Juana de Vega, al amparo del umbral de un banco. Es un mendigo peculiar. Suele pasarse el día inclinado sobre un libro, leyendo. No anima a la caridad. Quiero decir, no es de esos que te espetan una cantinela al pasar. Él calla y fía su suerte a un cartel en el que pide ayuda para "sobre vivir". Hasta hace unos días le acompañaba un perro. Pero ha desaparecido. Me cuenta que le "pellizcó" una pierna a alguien en el lugar donde suele ir a dormir. Que vino la Policía Local, y después los laceros. Que se lo han llevado a la perrera. Que si antes del sábado no paga 150 euros, lo sacrificarán.

Es hombre de pocas palabras. No me ha dicho si los 150 euros son de multa, de manutención del can o de qué. No me ha contado dónde y cuándo sucedió todo. Tampoco me ha pedido dinero. Solo me ha apretado la mano cuando nos despedíamos y me ha dado las gracias por interesarme. No me ha dicho ni cómo se llama.

No sé qué va a hacer, pero lo cierto es que si no reúne el dinero, no volverá a ver a 'Canijo'.

Un pedazo de sábado



Me hacía falta algo así. Me he levantado a la hora que me salió del nabo. He bajado a por los periódicos, que tampoco traían nada del otro mundo (ni de este). He estado un rato charlando con un mendigo al que los laceros se le han llevado el perro. (Mañana os contaré algo más). Luego me he ido a comer con la familia.

Después enloquecimos.

Nos fuimos a por los bañadores y nos largamos a nuestra playa favorita -os diré donde está cinco minutos antes de palmarla, no antes, que me costó un huevo encontrarla- dispuestos a 'mojar los pies'.

¿Los pies? No sólo me metí enterito. También le quité el polvo a las gafas de bucear. Estaba algo fría, pero me sentó como Dios.

Luego me encontré a unos amigos que hacía años que no veía. Y en el sitio más inésperado. Con Cachi, Estrella, Carlangas y Mari Luz viví algunos de mis mejores años y compartí cosas que nunca se olvidan.

Por la noche, ella y yo volvimos, años después, a La Casa de Las Tortillas. Os lo recomiendo, y en particular su licor de miel.

Eran ya las once de la noche, y lo mejor estaba por llegar. Nos fuimos al castillo de San Antón, abierto y gratis. Nunca había estado de noche. Mucho ambiente, poca luz... Y mientras a Cenicienta la carroza se le travestía en calabaza, en el patio de armas, Miki Nervio & The Bluesmakers.

Allí nos sorprendió la lluvia, ya conquistada la una...

Cojonudo sábado. Como os dije al principio, lo necesitaba.

La semana va a ser jodida, me temo. Ya veremos.

Ya estás aquí

Te estaba esperando. Sabía que llegarías, antes o después. Me sorprende, no lo niego, el camino que has tomado. La curiosidad proporciona extraños compañeros de viaje. Pero estás aquí y eres bienvenido. Ya ves que no hay nada del otro mundo. Una presentación que a lo peor te parece un poco cínica. Un par de comentarios al hilo de lo que pasa. Unas risas a cuenta de un personaje que se me parece... Y toda la libertad del mundo para decir o callar lo que consideres oportuno. Si me conoces sabes cómo soy. No me gusta complicarme la vida. Quiero a los míos y trato de ser justo con quienes me rodean. No es fácil. Seguro que me equivoco, y muy a menudo. Puedes venir cuando quieras. Esto está siempre abierto. Puedes comentar la jugada si eso te hace feliz. Puedes discrepar. Puedes cabrearte y pensar lo que quieras. Faltaría más. No diré que no tengo nada que ocultar, porque todos escondemos algo. Y ese algo tampoco lo encontrarás aquí. Es mío y me lo quedo. Siento defraudarte. Si me sigues verás que no pretendo nada. Nada más que aprovechar para vaciar lo que me sobra. Contar cosas que no encajan en otros sitios. Sacar mi vena hortera. Divagar sobre lo que pasa. Lo que me aburre y lo que me divierte. Darle uso a esas fotos que no valen para nada. Darle volumen a sonidos que encuentro por ahí. Y compartir...

Algo contigo.

Si me sigues te lo enseño. Si no, allá tú.

Si tú lo dices...


"Es decir, es una cuestión on o como hemos visto, pues como todos, mayores adultos ehh, mire… Para que vean un poco… y bueno… un poco la… un poco laaa… que… No, esss, no me gusta la palabra exacta ¿no? pa decirla… Pero no quiero, no quiero decir una… no quiero con la palabra, ehhhh… que alguien lo malinterprete".
Javier Losada
(Una palabra tuya)


Pereiro, decano


Es el de la izquierda. En la foto, me refiero. Xosé Manuel Pereiro se ha convertido en el tercer decano del Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia. El primero coruñés. No ha sabido explicarme muy bien por qué se ha metido en este lío, pero supongo que tendrá bastante que ver con que, a sus 52 años, la tele que pagamos todos lo jubila.

Es un tipo de los que vale la pena. Lo puedes seguir en El País, en la opinión de La Opinión, en Xornal.com, en su propio blog y, todavía, en TVE-Galicia.
Tiene un libro publicado, que no es más (ni menos) que una recopilación de artículos.

Y también tiene un pasado.

Llegó a Coruña desde Monforte haciendo escala en Madrid. Era punkie. Como decía la tonadilla, preferible a maricón de playa. Tuvo un hermano poeta, pero se fue antes de tiempo. Se pasó media juventud bregando en el movimiento Bravú. Dirigió una 'culebrilla' televisiva titulada Compostelanos, con cabacera de Los Tamara y que contaba las aventuras de un aldeano que trataba de hacer carrera polítca en la Xunta, y que compartía piso de estudiantes en la calle Rosalía de Castro de Santiago. Un descojone. Pagaría por volver a verla.

Pero lo que más admiro de Josico es que no ha caído en la tentación. Rechazó una buena oferta para aprovecharse de los últimos cambios en San Caetano y prefirió seguir en la trinchera. Nunca olvidaré cuando le propuso a Vázquez que ambientase su despedida al son de Francisco alegre o Paquito el chocolatero. Paco se sonrió. Quince minutos después, la banda municipal interpretaba en María Pita el La, la, la.

Y es alérgico al marisco.

Le deseo suerte. Tamién a quien lo acompaña en esta aventura.

Tienes cuatro años

Tienes cuatro años y tu padre te baja una tarde al parque. Allí sólo hay personas. Mayores, y también como tú; de cuatro años, de cinco, de tres... Tú le dejas la bici al otro, él te presta su balón. Al rato compartes tu bolsa de patatas, tu zumo y su regaliz.
Tienes cuatro años y no te preocupa de donde vienen los demás. Ni adonde van. No temes que te roben las chuches. Tus ojos no han aprendido a recelar. Te arrimas a ellos en el columpio y tu sudor huele igual que su sudor. Tus zapatillas de marca corren lo mismo que sus bambas sin cordón.
Tienes cuatro años y la piel más clara. Tu acento es distinto y tu pelo más rubio. En tu casa pisas parqué, y él no. Y te irás sin saberlo. Sin siquiera preguntar.

Tienes cuatro años y no te sientes diferente.

Habrá un día en que todos cumpliremos, al fin, cuatro años.

O no.

Si te aburres háztelo mirar


Mira que han pasado fines de semana en los que mirar al techo era lo más ingenioso que se me ocurría. Pues este va a ser distinto. A saber:

  • Día de la Ciencia en la Calle. Una oportunidad única para darte una panzada de cosas curiosas y de paso para entrar en los Museos Científicos 'by the face'.
  • Festa do pan de Carral. Si tienes niños, mándalos al taller a que amasen. Todo lo que hagan te lo llevarás a casa.
  • Carrera alternativa Carrefour. Cruza la ciudad a salvo de los coches y, al final, disfruta como un enano en el aparcamiento del susodicho centro comercial.
  • Función del voto. Nunca he acabado de entender sus orígenes, pero mola ver a las concejalas cruzando la Ciudad Vieja con la peineta a cuestas. Lástima que las del BNG no vayan nunca.
  • Domingo de la solidaridad con los pringaos. Fernando Alonso y yo curramos el domingo. Puedes hacer un bizcocho y donarlo a la causa. Fernando está en Turquía, así que ya me hago cargo yo.
Seguro que hay un huevo de cosas más, pero yo me quedo con éstas. El de la foto estaba tan bueno que me lo comí.

Sed buenos.

¿Bailas esta noche?


Me importa un pimiento


Ya están aquí (El Ideal no conserva los enlaces. Me refería a la página diaria de mercados en la que se hablaba de los pimientos de Padrón) . Días extraños. Será por eso que no he encontrado nada en la prensa matinal que me haya llamado más la atención. El botellón me aburre. El parque del Agra ya lo habían presentado hace dos años. Los agujeros del club de golf me caen muy lejos. Y los barcos de guerra me producen sarpullido. Así que, como todo me importa un pimiento, por lo menos que sea de Padrón.

Y es que tengo que reconocer que a veces el General tiene ideas brillantes.

"A Dios pongo por testigo de que no lograrán aplastarme. Viviré por encima de todo esto, y cuando haya terminado nunca volveré a pasar hambre (vamos, que me voy a pegar un atracón 'que lo flipas')".

Grande, doña Olivia de Haviland Vivien Leigh. (Titajú, espero que algún día sepas perdonar el error)


Hijo de puta

"No soy un mounstruo"

¿Por qué Túzaro?


túzaro -as. 1. Persoa a quen non lle gusta relacionarse coa xente e que é difícil de tratar. O seu veciño é un túzaro. SIN. cazurro, insociable. Tamén adx. ¡Que xente máis túzara, nin sequera saúda! CF. montaraz. 2. Persoa bruta e pouco razoable. ¿Quen serán os túzaros que arrincan as árbores e queiman o monte? (Diccionario da Real Academia Galega).

Vale. De acuerdo. No voy a llegar demasiado lejos con este apodo. Lo sé. Pero, ¿qué quereis que os diga? Lo escuché hace unos meses en una manifestación. Los manifestandos insultaban a boca de jarro a quienes acudían a una recepción oficial. Uno de éstos, tratando de hacerse el simpático, se acercó a la valla con una sonrisa como una pista de aterrizaje. El manifestando-jefe le arrimó el megáfono a la oreja y le espetó un ¡túzaro!


Me hizo gracia. En medio de esquiroles, hijos de puta, vendidos... Un túzaro me pareció un soplo de aire fresco. Desde entonces sueño con ser ser un túzaro.


Túzaro no aparece en el diccionario de la RAE. Por lo visto, es patrimonio exclusivo del gallego. Es una palabra de esas que son sólo nuestras, como colo, orballo, saudade... o labazada. Ellos se lo pierden. ¿Cazurro es lo más parecido? También me vale.


Te lo advierto, forastero. Soy vago (aparte de bruto y poco razonable por definición). Si te enganchas a esto, es posible que te quedes colgado a medio camino. Yo no me hago responsable. Ni soy responsable ni creo que lo vaya a ser en la vida. Si aún así quieres venir, vamos allá.

Venga