Ella



Ella nunca ha venido por aquí.
Ella pasa de los ordenadores.
Ella me mira y sonrie.
Ella siempre está ahí.

Por eso, esta noche, cuando llegue, voy a enganchar la guitarra y se la voy a cantar.

Y que me perdone Francis Cabrel, pero necesito cantársela

¡Invítanos!




Por si os fuisteis a la cama pronto anoche. Buenafuente es el puto amo.

Mono de fútbol

Me gusta el fútbol. Todo comenzó cuando los curas nos llevaban a Lateral de Tribuna a sufrir contra la Cultural Leonesa. Eran tiempos difíciles en los que el fútbol de verdad venía en verano, cuando el Madrid de García Remón, San José, Camacho, Benito, Pirri, Ángel, Del Bosque, Stielike, Juanito, Santillana y Cunningham se plantaba en el Teresa Herrera.

Luego llegaron los tiempos de Especial de Niños. Las lágrimas ante el Tenerife. De Riazor al Chaston. A las 22.15 te echaban fuera, te metías una tapa de ensaladilla en O Mascoto y para casa.

Empecé a trabajar. El ascenso ante el Murcia me tocó vivirlo en la banda con un micrófono en la mano. Josu, Djukic, Sabin Bilbao, Albistegi, Lasarte, Aspiazu, Villa, Jose Ramon, Stoja, Fran y Gil. Tuve que contar cómo ardía Preferencia y fui el primero en meterle la alcachofa a Arsenio cuando al fin llegó el fin.

No lo debía hacer del todo mal, porque años más tarde empecé a viajar. Yo me mojé en el 95 en el Bernabéu. Aquella primera Copa es de las que no se olvidan. Alfredo, tronco, tu gol nos hizo grandes.

Yo veía partidos que nadie en Coruña veía. Cuando no había PPV y sólo un puñado de privilegiados disfrutábamos de Bebeto, de Claudio o de Rivaldo en campos como Atocha, Las Gaunas, la carretera de Sarriá o El Parque de los Príncipes. Y encima me pagaban.

¿Y ahora qué? Me gusta el fútbol. Me gusta hundirme en el sofá y ver al Barça calzándole cinco al Almería, o escuchar a los de la radio gritar hasta ocho goles en el Villarreal-Atleti.

Pero tengo envidia. Coruña estuvo este fin de semana abarrotada de asturianos. Me los imagino celebrándolo en Otur, en Casa Consuelo. 0-3. Menudo festín.

Lo malo de todo esto es que el fútbol es un deporte de fieles. Cambiamos de banco, de trabajo, de esposa, de corte de pelo, de piso, de hipoteca, de colonia... Pero nunca cambiamos de equipo.

Lo malo (o lo bueno, vete a saber) es que seguiré siendo del Depor hasta la muerte, por más que últimamente tenga mono de fútbol.

Fíate de la política



Hacia el segundo 50. ¿Nos está pegando un corte de mangas por tol morro?

Pornografía infantil NO



Me apetecía más titular el post en plan "Vete a la mierda, hijo de puta", "Me das asco" o "Te arrancaría los ojos con mis propias manos". Pero la campaña es la que es y me sumo sin condiciones. La promueve Paco Sánchez con la colaboración de Nacho de la Fuente. Y pretende meter ruido contra la pornografía infantil.

Yo no añado más. Sólo te digo: si alguna vez has tecleado en tu buscador algo como "angels", "lolitas", "preteens" o similar, abandona inmediatamente este humilde blog y no vuelvas por aquí.

Antonio y Melania

Morid de envidia, y si resucitaseis, volved a morir. ¿La veis? Es Melanie Griffith. Y el beso era para mí. (Bueno, para mí... y para los trococientos fotógrafos, cámaras y demás fauna que la teníamos en el punto de mira, desde el gallinero del teatro Colón).

La de al lado es la mamá de Antonio Banderas, al que tuve presente ayer. Me quedé con las ganas de decirle que a mí, la peli que más me ha gustado de toda su carrera es Bajarse al moro. Vale, rarito que es uno. ¿Y qué?


A veces esta peculiar forma de ganarse la vida te regala este tipo de sorpresas. No sé qué valor tienen, pero al menos te dan cosas que contar.

Hace unos años, cuando el desfile de las Fuerzas Armadas, tuve ocasión de charlar con el Rey. Fue una conversación intrascendente, pero que jamás olvidaré. Sí, es verdad. Es un tío campechano. Se acercó a nosotros con una copa de vino en una mano y una loncha de jamón en la otra. Nos contó que Froilán lo tenía machacado. Que le dolía la espalda. "Mi médico me dice que si después de los 40 no te duele algo todos los días, es que algo no funciona", me espetó.

Ahora que he llegado a los 40, sé que el galeno real tiene razón. Hoy me duele todo. Los actos de Casa Real son una paliza. Lo siento por los monárquicos, pero espero que todas Sus Majestades tarden en volver por aquí.

Por cierto. A dos centímetros de mi abierta boca pasó y se repasó Pilar Rubio. Dios que la crió. ¡Menuda hembra!

En fin. Me voy a dormir. Soñaré con sus armas de mujer. Mañana más.

¡Menuda cerdada, oiga!


La próxima vez que le metas el diente a un bocata de jamón, recuerda... Te puedes estar zampando a Quinín. Pincha en 'tol' morro de Quinín y pártete el corazón por la mitad.

Mis queridos insomnes...

El tocho de arriba refleja las visitas a este rincón por horas. Como veis, la mayoría os dais una vuelta por esta vuestra casa entre las diez de la mañana y las cinco de la tarde. Se ve que la banda ancha de vuestras empresas puede con todo.

Pero me ha llamado poderosamente la atención ese 0,99% que se deja caer a las cinco de la madrugada; el 0,64 de las seis, o el 0,97 de las siete.

Yo os lo agradezco, de verdad. Pero tratad de dormir un poco.

La crisis, un descojone

Antes de que pinchéis, os advierto de que dura 8:37 y de que está en inglés subtitulado. Yo me he reído un rato... Hasta que me dí cuenta de que todo lo que dicen es la puta verdad.



Por cierto, a mí me han recordado a estos otros.

Plenaco

Una vez al mes sufro el castigo. Siempre es un lunes. Siempre a las 9:30. Casi siempre, el primero del mes. Una vez al mes toca Pleno municipal.

Es la única ocasión de ver en acción a los 27 coruñeses que nos representan a los 244.361 restantes. Sí. A tí también. Te apuesto un puñado de Lacasitos a que no eres capaz de nombrar a siete. Venga. Sólo es la tercera parte. A alguno habrás votado.


Es un aburrimiento. El último duró tres horas. Propongo que los Plenos sean como la Fórmula Uno. Dos horas y se acabó. Debería estar recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Los Plenos son largos, tediosos, monótonos y predecibles. Pero por encima de todo, son vacíos. Rara vez se debate algo de lo que realmente nos preocupa a todos.

Jamás he oído en un pleno frases como: "Perdón, me he equivocado", "Tiene usted razón, señor que se sienta en el lado contrario al mío", "No opino sobre lo que se está debatiendo porque no es de mi interés"...

¿Te puedes creer que en el último Pleno nadie propuso hablar de lo mal que huele el agua?

Nunca invitéis a un vago

Soy tan vago que me da pereza hasta admitirlo.

Hace dos días que me invitaron a algo y aún no he dado las gracias. Fue al pase bloguero de Dinosaurios 3D: Gigantes de la Patagonia. Una cortesía de los Museos Científicos, de cuyo personal no se pueden decir dos palabras sin que al menos una sea un elogio.

Soy tan vago que no voy a contar nada que ya se haya contado aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí, aquí...

Espectacular.

Sólo una cosa, que seguro que la gente de Enxebre Entertainment resolverá a no mucho tardar: el sistema te obliga a tener la cabeza tiesa. Quiero decir, con la mirada totalmente horizontal. Si inclinas un poco el melón para izquierda o derecha, el 3-D deja de funcionar.

Mientras no se pueda ver la peli con la cabeza sobre el hombro del vecino/a de al lado, esto no va a triunfar.

Por supuesto, es mi completamente inútil, infundada, estúpida y frívola opinión, que no va a ningún lado.

Id, ved y juzgad.

Una más: había tanto friki que salí convencido de que el friki era yo. "Tío, ¿cómo se te ocurre ir a una blogueirada de estas sin gafas de pasta, ni camiseta con mensaje sólo-para-muy-iniciados, ni cámara de fotos?". Y sin embargo, estaba a gusto. Tanto, que si no fuese porque mi versión 2.0 se caía de sueño, me hubiese quedado un rato más.