Pornografía infantil NO


Ya es 20 de noviembre y hoy miles de blogs y webs de todo el mundo gritamos contra la pornografía infantil escribiendo posts como este. Si has llegado hasta aquí buscando angels, lolitas, boylovers, preteens, girllovers, childlovers, pedoboys, boyboys, fetishboys o feet boys, vete directamente a la mierda. Por depravado sexual e indeseable. Te escondes en tu anonimato y tu vida aparentemente normal, pero sabes que algo gordo falla. Si buscas morbo o imágenes de menores desnudos en la Red y te da placer hacerlo, que sepas que eres un enfermo mental. Con tus aberraciones estás haciendo sufrir a los más pequeños, estás pisoteando pequeños corazones rotos a los que ni siquiera dejas tener la felicidad de la infancia. Eres basura y como tal vete ya de aquí. Ojalá en tu siguiente búsqueda te encuentres con otro de los miles y miles de blogs y webs que hoy y siempre vamos a gritar contra la pornografía infantil, la pedofilia y la pederastia. Unas lacras que, en mi opinión, son las mayores aberraciones que puede cometer un ser ¿humano?

Tal cual lo dice Nacho lo suscribo yo. No se me ocurre mejor manera de expresarlo.

Malo será, hermano


Nunca pensé que un anuncio de un supermercado me emocionase de esta forma.
Me vais a perdonar que se lo dedique a Sergio, un madrileño que sigue peleando por vivir como un galego.

Las cuatro campanas

Anduve por Laxe. Me llamó mucho la atención la iglesia de La Atalaia, edificada sobre un acantilado, de espaldas al mar, pero con su torre y su campanario en una esquina posterior. "Claro, tú -explica un paisano- para que las campanas suenen cara al mar, no hacia la montaña". Claro, joder. Lo que técnicamente se llama 'campanario descolocado'.

Pero falta algo. El campanario tiene sitio para seis campanas, pero sólo hay dos. Las otras cuatro, cuentan, fueron fundidas y convertidas en cañones para defender el pueblo, tanto de los piratas británicos como de los soldados 'napoleonos'.

En tiempos de paz, las dos campanas supervivientes servían para avisar a los marineros cuando se avistaba un banco de ballenas. Al toque de badajo, los rudos pescadores embarcaban hacia la dura lucha contra los cetáceos.

Y digo yo... ¿a estas alturas a nadie se le ha ocurrido restaurar las cuatro campanas que faltan?

Por lo demás, lugar perfecto para hacer senderismo, para playear en verano y para fundirse la visa comiendo como un señor. Recomiendo 'Casa do Arco'. Eso sí, no me vengáis protestando por la factura.