
A las ocho de la mañana conocí a mis compis de mesa: un veterano autónomo con las gafas clavadas en la napia y un chavalote al que precedían unas ojeras como huevos fritos. A los suplentes los mandamos a esparragar.
Botín: Lo veis en la foto. Una carpeta pelo cutre. Una regla, un rotu fosforito que quedó hecho polvo, un lápiz, un boli, un sacapuntas y sesenta y un euracos con veinte céntimos.
Análisis de los resultados: Estábamos convocados en mi mesa 493 ciudadanos. Votaron 215, cinco de ellos por correo. El gran ganador de la jornada en mi mesa y en el mundo mundial fue el Merroncauncojón.
De la minoría que votamos (y yo lo hice porque me daba palo abstenerme con toda la troupe mirándome al jeto), el PSOE se llevó 101 votos, el PP 84, el BNG 16, Izquierda Unida 4, UPD 2, los Antitaurinos 2, el PCPE 1 y Los Verdes otro.
Hubo dos sobres vacíos (voto en blanco o transparente), y dos votos nulos: uno que metió la del PP acompañado de un folio doblado en el que pretendía contarnos su vida y otro que tuvo el cuajo de colarnos un sobre de las municipales con la papeleta de Negreira.
Estudio sociológico: Nadie se estrenaba. Lo más parecido era Carolina, que cumplió los 18 poco antes de las autonómicas. No votó. Jesusa, que cumplirá 99 años el viernes que viene no votó. Jorge Óscar, que cumplió ayer 28 no votó. Había tres pares de gemelos. Un par votó y los otros dos, no. Había un tipo que se apellidaba No. Sí, votó. Había un fulano con mi fecha de nacimiento. Era yo. Tardé en darme cuenta, no os creais.
Trucos para no aburrirte si te toca: Fíjate bien en los caretos de los deníes. Te descojonas de como cambia la gente. Apoderáte del censo. Al lado del nombre está la fecha de nacimiento. Analiza con detalle como se deteriora el personal. Siempre hay alguien cabreado en las inmediaciones. Recréate en su propia mala ostia.
El vocal y su entorno: De los 493 tipos que había censados en mi mesa, conocía a tres. Uno era yo mismo. No cuenta. Otra era mi contraria. No está la tía para andar botando. Ni votando. El otro no votó. Teniendo en cuenta que son todos vecinos de mi calle y adyacentes, podréis comprender sin dificultad por qué en la puta vida haré un blog vecinal. Si me hubiese tocado una mesa en Majadahonda me hubiese dado igual.
Resumiendo y lavándome los dientes para ir pa cama: Señora Democracia, la próxima vez designe miembros de mi mesa electoral a su señora madre, a la madre de su señora madre y a la bigotuda que asistió al parto.