Ella es la Navidad

Escúchame, amigo:

El día ha sido más duro de lo previsto, es tarde, estoy cansado y mañana madrugo. Pero esta noche necesito que me leas con atención. Tengo una historia urgente que contarte.

Éramos jóvenes y recién casados. Volvíamos a casa tras tomar un par de copas. Hacía frío. Como hoy. O más. En la puerta de la iglesia que hay delante de nuestra casa algo se movió. Un hombre más cerca de los sesenta que de los cincuenta yacía encogido, mascullando algo, probablemente quejándose. No sé. Ella se paró un instante. Me miró y no dijo nada. Al rato volvió a bajar, con una manta, un bocadillo, un par de latas y -si no me falla la memoria- hasta algunas monedas. No nos sobraba nada.

Ya nos habíamos casado, pero fue esa noche cuando me enamoré de ella. Me hizo llorar de pura sensibilidad.

Ahora tenemos dos hijas. Dos bendiciones. Lo que veis en la foto es lo que cada una va a llevar mañana a la 'Operación Kilo'. Es un pedazo de Navidad para quienes no hay Navidad.

Porque, escúchame amigo, serán más listas o menos; más guapas o menos; más simpáticas o menos... Pero son hijas de ella. Y eso las marca. Tienen un corazón que no les cabe dentro y están aprendiendo a ver la vida por el catalejo de la Justicia. Tienen una madre. Una pedazo de madre. La tienen a ella.

Así que, amigo, si un día te cruzas conmigo, estalla de envidia, porque mientras escribo ésto, ella duerme sobre mi costado.

Y, amigo, si te cruzas con ella, déjala que pase. Y luego, besa el suelo que ha pisado. Podrás decirle a los tuyos que has besado la huella de un ángel.

Era urgente contártelo. Tanta emoción no me cabía dentro.

Hasta mañana, amigo.

Pornografía infantil NO


Ya es 20 de noviembre y hoy miles de blogs y webs de todo el mundo gritamos contra la pornografía infantil escribiendo posts como este. Si has llegado hasta aquí buscando angels, lolitas, boylovers, preteens, girllovers, childlovers, pedoboys, boyboys, fetishboys o feet boys, vete directamente a la mierda. Por depravado sexual e indeseable. Te escondes en tu anonimato y tu vida aparentemente normal, pero sabes que algo gordo falla. Si buscas morbo o imágenes de menores desnudos en la Red y te da placer hacerlo, que sepas que eres un enfermo mental. Con tus aberraciones estás haciendo sufrir a los más pequeños, estás pisoteando pequeños corazones rotos a los que ni siquiera dejas tener la felicidad de la infancia. Eres basura y como tal vete ya de aquí. Ojalá en tu siguiente búsqueda te encuentres con otro de los miles y miles de blogs y webs que hoy y siempre vamos a gritar contra la pornografía infantil, la pedofilia y la pederastia. Unas lacras que, en mi opinión, son las mayores aberraciones que puede cometer un ser ¿humano?

Tal cual lo dice Nacho lo suscribo yo. No se me ocurre mejor manera de expresarlo.

Malo será, hermano


Nunca pensé que un anuncio de un supermercado me emocionase de esta forma.
Me vais a perdonar que se lo dedique a Sergio, un madrileño que sigue peleando por vivir como un galego.

Las cuatro campanas

Anduve por Laxe. Me llamó mucho la atención la iglesia de La Atalaia, edificada sobre un acantilado, de espaldas al mar, pero con su torre y su campanario en una esquina posterior. "Claro, tú -explica un paisano- para que las campanas suenen cara al mar, no hacia la montaña". Claro, joder. Lo que técnicamente se llama 'campanario descolocado'.

Pero falta algo. El campanario tiene sitio para seis campanas, pero sólo hay dos. Las otras cuatro, cuentan, fueron fundidas y convertidas en cañones para defender el pueblo, tanto de los piratas británicos como de los soldados 'napoleonos'.

En tiempos de paz, las dos campanas supervivientes servían para avisar a los marineros cuando se avistaba un banco de ballenas. Al toque de badajo, los rudos pescadores embarcaban hacia la dura lucha contra los cetáceos.

Y digo yo... ¿a estas alturas a nadie se le ha ocurrido restaurar las cuatro campanas que faltan?

Por lo demás, lugar perfecto para hacer senderismo, para playear en verano y para fundirse la visa comiendo como un señor. Recomiendo 'Casa do Arco'. Eso sí, no me vengáis protestando por la factura.

Carne de diván


Como diría el clásico...
¡Qué me aspen si entiendo algo!
Voto no y digo sí.
(En algo sí tiene razón el alcalde: es una situación que los ciudadanos no llegamos a comprender y, francamente, creo que esta vez también llevamos razón).

La última de Leslie Howard



Titajú sabe de sobra quien era Leslie Howard: el actor que encarnó a Ashley Wilkes en 'Lo que el viento se llevó', el 'tío moñas' del que se enamora Escarlata O’Hara y que, en vez de beneficiarse a la prota, va y se casa con su prima Melania.

No fue el mejor papel de Howard. Ni este, ni otros como el de Sir Percy Blakeney en 'La Pimpinela Escarlata', o el del profesor Higgins en 'Pygmalion'.

El papel de su vida fue su vida.

Y su muerte.


Leslie Howard murió el 1 de junio de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial, al caer abatido por un escuadrón de la Luftwaffe el avión en el que viajaba con otras 16 personas. Por más que la historia nos haya contado que España no participó en el lío que se montó para acabar con ese chiflado llamado Hitler, el 'Ibis', el DC·3 en que volaba el actor británico fue torpedeado frente a los acantilados de San Andrés de Teixido. Desde este verano, a un kilómetro del santuario, luce una placa recordando el suceso. Ved la foto.

Pero... ¿qué hacía Howard, actor de refinado prestigio en Gran Bretaña y EEUU, a bordo de un avión militar en plena guerra?

Según cuenta José Rey-Ximena en su libro 'El vuelo de Ibis', Leslie Howard se había convertido en un espía al servicio de Su Majestad. El flemático galán se había zumbado durante el rodaje de 'Prohibido' (1931) a Conchita Montenegro, la primera española que triunfó en Hollywood. La artista donostiarra, conocida como la Greta Garbo de aquí, estaba emparentada con altos dirigentes de Falange. Dicen incluso las lenguas viperinas que la Montenegro -con la venia de Carmen Polo- le hacía tilín a Franco.

La Inteligencia Británica, haciendo honor a su nombre, sabía todo esto y le encomendó a Howard que viniese a convencer al caudillo ferrolano de que no se metiese en jaleos bélicos, y menos si era para apoyar a Hitler. Vamos que Churchill le dijo al actor: "Ves (sic) a junto Franco y dile que no nos toque los huevos".

Los alemanes, que eran bastante hijos de puta, pero no tontos del todo, le pasaron la factura a Leslie Howard, cuyo cuerpo jamás fue encontrado tras ser engullido por las aguas de la ría de Cedeira-Ortigueira.

Yo estuve allí este fin de semana y me acordé de vosotros.

Cuarenta y un años y un día


Radio Oceano - Como o vento








Sintes como o lamento
do tempo pode chegar
como unha lanza no vento
como o vento avanzar.

Erguémonos en silencio
cando nos chama o mar
sair das ruinas dun tempo
ou polo menos tentar!

¡Muy bien, campeón!



Y no os creáis. Lo curioso del caso es que esta vez lo han pillado. Normalmente los jefes de Prensa hacen estas cosas en rincones apartados, en despachos bien protegidos o en silencio, sin amenazas.

Bueno, vale. Seamos justos. Hay excepciones. Pocas. Pero haylas.

Si puedo, moriré sin haber sido jefe de Prensa de nadie. Trabajaré para poder.

Gracias, abuelo

Vaya por delante que esta entrada está patrocinada por Abadía da Cova, el licor café más peleón que conozco, lo cual me exime de cualquier responsabilidad.

Os aviso también de que se me antoja larga, así que si no queréis rollo, a otra cosa.

Lo estoy pasando mal. Llevo diez días en el paro, una semana sin fumar, y cinco días inmerso en la más grave crisis conyugal que recuerdan mis 16 años de matrimonio. Todo junto.

Y esta noche ha sido una de las más felices de mi vida. Ya veis. No hay mal... A ver si me hago entender. Como tengo tiempo de sobra, me he pasado la tarde buscando unas gafas de sol y unos zapatos. Ambos los necesito. Las gafas de sol me las cargué en la mudanza. Los zapatos... Soy muy raro para los zapatos. También para los zapatos.

Al final, ni zapatos, ni gafas. Me he comprado un kilo de navajas, una botella del mejor albariño que he encontrado y he montado la fiesta en casa. Mi casa, en verano, no es mi casa. Es la casa de los abuelos. Allí nos trasladamos todos en busca de un poco de paz estival. La familia se estira y en un instante de cuatro pasamos a ser siete.

Yo admiro al abuelo Garrido. Nunca se lo he dicho y no creo que tenga huevos a decírselo jamás. Pero lo admiro. Me lleva veintitantos años de ventaja. Ha sufrido como un perro toda su vida. Sé cosas de él que muy pocos soportarían. ¿Sabéis? Fue barrendero. Después de comerse toda la mierda del mundo en Suiza, logró ser barrendero. Y lo dejó tras encontrarse un día a un bebé muerto en una basura. Lo dejó para ser sepulturero. Sí, amigos. Soy el yerno del sepulturero. Lo digo con todo el orgullo que me cabe en el pecho.

Ayer, después de la cena, el abuelo Garrido se sentó ante la tele. Sospecho que no le estaba haciendo ni puto caso a una serie americana que ponían. Estaba absorto en sus cosas. Protestando porque sus nietas tenían la música muy alta. Protestaba, sí; pero sin mucha insistencia. Las nietas estaban dedicándole su gala. A Sara la escoba ya se le queda un poco pequeña como micrófono. A Lucía el recogedor le da la medida exacta. En un momento dado, ambas dejaron su 'play-back' para abalanzarse sobre el abuelo Garrido y espetarle en la cara sendos besos. Eso es lo que quiero ser yo de mayor. Justo eso.

Me importa una mierda estar en el paro. No debería decirlo, pero ésto va a cambiar más rápido de lo que pensaba. Me importa una mierda que mi contraria no me hable. Yo la perdonaré, y ella a mí. Y ambos, a la persona que más ha sufrido con todo esto. Sin culpa. Dejaré de dejar de fumar. Seguro.

Pero dentro de veintimuchos años, si el destino lo quiere, estaré al fin jubilado. Tendré, quizá, un par de nietas que tras una cena cualquiera se me acercarán por sorpresa y me plantarán sendos besos. Y con eso me bastará para hacer como que miro la tele mientras, en realidad, se me cae una lágrima de emoción.

Sé que por eso que vendrá, todo ésto vale le pena. Lo sé.

Así lo vi, así os lo cuento



¡Vale, joder! Ya sé que quedé en que os lo contaría 'ipso facto' y ya han pasado cinco días. Sus aguantais, por fiaros de un túzaro como yo. Para que no me protestéis, una novedad. Un vídeo, nada menos. Ahora que la prensa escrita me ha mandado a freir puñetas, hay que probar de todo, que nunca se sabe.

Fue la ost... La leche. Emocionante, agotador, surrealista... La noche acabó con una cena en una terraza elevada a un quinto piso, a la sombra de las luces de La Giralda, aunque yo no la cambio por la de la noche anterior, en un patio de Triana.

¿Sabéis? Esto de estar 'fuera' te permite enterarte de muchas cosas. Cabrones, estáis seguros de que no las voy a publicar. No tengo donde. O eso os creéis.

Cuidaos.

Ta mañana

Hala, ya os podéis ir a la cama, que hasta mañana aquí no se cuece nada.

La cosa va a ser así. A las 10.00 comienza la juerga con una candidatura alemana; luego va una belga y a continuación, nosotros. Se calcula que hacia las 12.00 habrá que empezar a comerse las uñas. Así que 'sus' levantáis, 'sus' tomáis el colacao, y a María Pita de cabeza.

Que además me ha dicho un infiltrado que si os quedáis en cama, el Rocha os va a largar una traca que os vais a cagar del susto.

Yo me voy a quemar Sevilla, a ver si aceptan la cartilla del paro.

Dormid o pecad. Mañana más.

Actualizo: Parece que además de Alemania y Bélgica se nos ha colado algún país más. Pero da igual. A las 12.00 en Maria Pita... O antes, no vaya a ser.

Nervios a mazo

Vosotros no lo sabéis, pero todos vivimos pendientes del mazo de la foto. Ya sé que parece un vulgar mazo de filete, pero ese artilugio es el que convertirá a la Torre de Hércules en Patrimonio de la Humanidad.

Sí, amigos. Estoy en Sevilla, esperando para saltar, abrazarme a todos los políticos aquí presentes y beberme todo lo que se me ponga a menos de tres metros.

No debería estar aquí, pero a alguien le he dado lástima. Por lo demás, y antes de que me preguntéis, no tengo ni puta idea de si la fumata va a ser dentro de diez minutos, mañana o después de que llegue el AVE a San Cristóbal.

Y menos si va a ser para bien o para mal. Para que os hagáis una idea: La cosa son unos mil fulanos de todo el mundo reunidos en una sala a la que no podemos ni asomar la nariz. Al parecer, si cuando se presente la candidatura nadie abre el pico, Patrimonio por aclamacion.

Pero si al propio de Burkina Fasso, valga el ejemplo, se le ocurre preguntar por qué la Torre es cuadrada, ya la hemos liado. Entonces se arrancarán a discutir y habrá que votar.

No sufráis. Va a ser que sí.

Yo os voy contando.

Especial elecciones

A las ocho de la mañana conocí a mis compis de mesa: un veterano autónomo con las gafas clavadas en la napia y un chavalote al que precedían unas ojeras como huevos fritos. A los suplentes los mandamos a esparragar.


Botín:
Lo veis en la foto. Una carpeta pelo cutre. Una regla, un rotu fosforito que quedó hecho polvo, un lápiz, un boli, un sacapuntas y sesenta y un euracos con veinte céntimos.

Análisis de los resultados:
Estábamos convocados en mi mesa 493 ciudadanos. Votaron 215, cinco de ellos por correo. El gran ganador de la jornada en mi mesa y en el mundo mundial fue el Merroncauncojón.
De la minoría que votamos (y yo lo hice porque me daba palo abstenerme con toda la troupe mirándome al jeto), el PSOE se llevó 101 votos, el PP 84, el BNG 16, Izquierda Unida 4, UPD 2, los Antitaurinos 2, el PCPE 1 y Los Verdes otro.
Hubo dos sobres vacíos (voto en blanco o transparente), y dos votos nulos: uno que metió la del PP acompañado de un folio doblado en el que pretendía contarnos su vida y otro que tuvo el cuajo de colarnos un sobre de las municipales con la papeleta de Negreira.

Estudio sociológico:
Nadie se estrenaba. Lo más parecido era Carolina, que cumplió los 18 poco antes de las autonómicas. No votó. Jesusa, que cumplirá 99 años el viernes que viene no votó. Jorge Óscar, que cumplió ayer 28 no votó. Había tres pares de gemelos. Un par votó y los otros dos, no. Había un tipo que se apellidaba No. Sí, votó. Había un fulano con mi fecha de nacimiento. Era yo. Tardé en darme cuenta, no os creais.

Trucos para no aburrirte si te toca:
Fíjate bien en los caretos de los deníes. Te descojonas de como cambia la gente. Apoderáte del censo. Al lado del nombre está la fecha de nacimiento. Analiza con detalle como se deteriora el personal. Siempre hay alguien cabreado en las inmediaciones. Recréate en su propia mala ostia.

El vocal y su entorno:
De los 493 tipos que había censados en mi mesa, conocía a tres. Uno era yo mismo. No cuenta. Otra era mi contraria. No está la tía para andar botando. Ni votando. El otro no votó. Teniendo en cuenta que son todos vecinos de mi calle y adyacentes, podréis comprender sin dificultad por qué en la puta vida haré un blog vecinal. Si me hubiese tocado una mesa en Majadahonda me hubiese dado igual.

Resumiendo y lavándome los dientes para ir pa cama:
Señora Democracia, la próxima vez designe miembros de mi mesa electoral a su señora madre, a la madre de su señora madre y a la bigotuda que asistió al parto.

Miembro tocado


En aquel entonces no sabía de qué se reía. Ahora lo he descubierto:
Me toca ser miembro de una mesa electoral.

Que no es lo mismo que:
Ser de una mesa electoral me toca el miembro.

Bueno, sí. Es lo mismo.

El autor de este humilde blog quiere agradecer a Isabel García Vila, a Henrique Tello y a Obdulia Taboadela por haber manoseado justo mis bolas. A Javier Losada, por presidir el sorteo. A Franco, por haberse muerto. A Arias Navarro, por sus orejas. A los Padres de la Patria... y a la madre que los parió. A Tejero, por idiota. Al Rey, por echarle huevos. Al que inventó Europa. Y en general, a todos lo que han hecho posible que el próximo día 7 me tenga que pasar doce horas, doce, mirando a la urna en aras de la Democracia.

Ahí falaches, meu

Manda chover na Habana, o ben que se explica este cando quer.

O que ten mérito e dar pé para que estoutro, por unha vez, sí que fale claro.

Deus os cría, e a poltrona os xunta.

Un periodista de verdad

Luis Neira Río (Ortigueira, 1919). Impresor, cartero y periodista (en activo). Con 11 años comenzó a trabajar en una imprenta aprendiendo el oficio de cajista, componiendo los textos del periódico semanal "El Heraldo de Vivero" y como repartidor de prensa. En 1943 aprueba las oposiciones de correos, trabajo que simultanea con el oficio de cajista tipógrafo. En 1947 consigue el traslado a Vivero y compra un pequeño taller de imprenta, que ha llegado a confeccionar dos periódicos semanales: "La Voz de Ortigueira" y "El Heraldo de Vivero" del que es administrador-propietario y redactor jefe. También ha trabajado como corresponsal informativo y editor de un periódico deportivo.

Con 61 años obtiene el graduado escolar y con 88 recibe el carné de "xornalista" del Colegio Profesional de Xornalistas de Galicia.

Hoy ha recibido la Medalla de Oro al Mérito al Trabajo.

El billetaco



Por cuestiones que no vienen al caso, ayer cayó en mis manos un billete de 500 euros. Un tesoro. Pero... ¿para qué vale un billete de 500 euros?

Salí de casa esta mañana, como tantas otras, sin desayunar. Normalmente lo soluciono con un café doble y un par de churracos en el bar de las 'hermanas Sister'. Pero no puedes ir a desayunar con un billete de 500. Ni al parking. Ni a comprar el periódico. Ni al estanco. Ni coger el bus. En algunos locales advierten mediante carteles que no se admiten más grandes de 200 o de 100 incluso.

Solución: vete al banco y lo cambias. Ni de coña. En el primero me dijeron que sólo si era cliente suyo. En el segundo que no, y punto. En el tercero había cola. En el cuarto...

En el cuarto sí me lo cambiaron. Eso sí, antes el empleado de turno tecleó el número de serie en el ordenador, pasó el billete por una máquina y me espetó: "No está la cosa para coger billetes de estos", a lo que yo le respondí: "Para lo que no está la cosa es para soltarlos". No se rió.

Antes de empezar a contar billetes de 10, de 20 y de 50 (con 10 de 50 me hubiese conformado), me dedicó una mirada de arriba a abajo que llevaba pintada en letras rojas las palabras 'chorizo', 'blanqueador', 'falsificador' y 'estafador'. Todo esto, bajo la minuciosa vigilancia de una cámara de seguridad que me apuntaba directa al entrecejo.

Y me quedé sin desayunar.

La puesta de sol más bonita del mundo

O al menos a mí me lo pareció. Ayer salí de la oficina, tras un buen día de trabajo, de una muy buena semana. Me estaba esperando ahí. Me golpeó de frente, en toda la nariz.

Era una delgada línea roja que cruzaba toda la bahía, desde el Milenium hasta La Torre. La gocé. La fotografié. La comenté con algún compañero de barandilla.

Y cuando al final desapreció, me fui. Me sentí bien, como si ese horizonte accdiental me hubiese cargado las pilas. Por un momento, todo lo demás me dio igual.

Aquellos maravillosos años






Yo cogía el 10. Mi padre siempre me compraba galletas de nata en Casa Cabanela. Me moría de gusto cuando pillaba el asiento delantero del segundo piso. Jugaba a ser el conductor y era el rey del mundo.

Por cierto. En mi cole, los Salesianos, durante los primeros años el transporte escolar lo hacía la Compañía de Tranvías con dos viejos buses azules de asientos corridos. No sé por qué, pero recuerdo con mucho cariño a Cereijo, el conductor, y a Tomé, el 'revisor'.

¿Qué habrá sido de ellos?

Los vídeos están sacados de Troleros & Buseros, un magnífico blog
al que tendréis que ir para seber por qué el locutor habla en inglés...
y muchas cosas más.

¡Atentos!


Echadle un vistazo y me comentáis.
Mejor, comentádselo a ellos. Os lo agradecerán.

Suerte, maestro.

Un mal día...


Lo tiene cualquiera.

(Me gustaría saber de quién es la foto de la derecha -que es el de izquierdas- para darle el mérito que se merece. La de la izquierda -que es el de derechas- es de Edu Nividhia, y esta es su historia)

El asombroso hombre sin estómago



La cosa es la siguiente:

Según la doctora Griso, el frío, la mala alimentación y el estrés te agujerean el intestino, al que llegan unas puñeteras bolitas moradas con pinchos, sin pasar por el estómago (¿pa qué?, si no tienes). Las bolitas se te cuelan por los agujeros pa joderte la vida, salvo que te pongas hasta el culo de Actimel, que lleva unas bolitas más simpáticas, blanquitas ellas, que te taponan los agujeros.

"Esto no es magia, es ciencia". Y no lo dice mi prima la de Cercedilla. Lo dice nada menos que la Universidad de Navarra.

Pa cagarse.
Inspirado por El Blog Ausente

Yo, en CD

El último cd que me he grabado para el coche
Y el que tenga huevos, tiempo y ganas, que me psicoanalice.

Lo siento, Losi

Desde que he puesto el primer pie en el suelo esta mañana estaba deseando meterme en cama y dormir. Lo necesito. Quienes han compartido conmigo el día se han dado cuenta sólo con mirarme a la cara.

Y no puedo. Estoy reventado de rabia; destrozado por una injusticia que me ha estallado en las putas narices.


A ver cómo os lo cuento. A las nueve de la noche llegaba Sara tras tres días de excursión en Cabeza de Manzaneda. En realidad, se trataba de ir ensayando la independencia que, a sus casi 12 años, comienza a hormiguearle entre los dedos. Tenia mucho que contarnos, y nosotros muchas ganas de escucharla, de verla y de achucharla. Así que hemos metido el maletón en el maletero y nos hemos ido a cenar a nuestro italiano favorito... que, por supuesto, es argentino.

Allí estábamos los cuatro, alrededor del mantel a cuadros, cuando de repente se me empezaron a quitar las ganas de cenar.

La protagonista de esta historia es una de los cinco compañeros de Sara que no han ido a la excursión. Cinco en el colegio, y 48 en la nieve. Desconozco las otras cuatro historias. Pero Sara me contó anoche la de Losi.

No se llama Losi. No voy a decir su nombre verdadero. Yo la llamaré Losi. De lo siento. De siento no haber tenido el olfato para descubrir tu triste historia antes. De siento que pagues la culpa que no tienes. De siento no saludarte cada mañana cuando esperas en la puerta del cole la compañía de mi hija mayor y la sonrisa de la pequeña. De siento que nadie te lleve nunca a cenar a un italiano. Te gustaría. Lo sé.

Me cuentan que Losi no ha ido a la excursión porque nadie se la ha podido pagar. Su padre se marchó hace ya tiempo, sin preocuparle una mierda dejar tirados a un aprendiz de hombre, a una niña huérfana sin entierro y a una mujer apestando a lejía en unas escaleras que no son las suyas. Valiente hijo de puta. Así te mueras lento y consciente.

Eran 96 euros, maldita sea. Losi ha perdido una oportunidad de ser feliz por 96 euros. No me sobra el dinero. Tampoco me falta. Pero hubiera pasado hambre por meterle en el bolsillo esos 96 euros. Y ahora yo estaría durmiendo, y no rumiando mi impotencia a golpe de teclado.

Esto es una mierda. Todas las mañana veo las mismas caras, escucho las mismas tertulias y contemplo desde la distancia las mismas miserias. Nadie ha sido capaz de echar una cuenta: Padres que pasáis a mi lado, si cada uno ponemos dos euros más, habrá un hueco para Losi.

¿Para qué coño sirven las apas, anpas, ampas o como se llamen? ¿Para qué un colegio de curas? ¿Por qué nos resulta tan fácil organizar un cumpleaños y tan difícil darle una alegría a quien está condenado a pasarlas putas el resto de su vida?

Me ha dado tanta rabia, tanto asco, que me han entrado ganas de gritar.

Losi, perdóname. Lo siento.

Y perdonadme vosotros por el 'chorizo'. Quienes me seguís sabéis que no me gusta extenderme. Pero necesitaba echarlo todo.

Necesito dormir.

¡Qué difícil se me hace...!

El vídeo es del 85, cuando a Ríos ya se le empezaba a pasar el arroz del Rock & Ríos.

Las historias del abuelo Cebolleta (mode on)

Por cierto, yo estuve allí, en Riazor, cuando Luz Casal era una rockera irreverente que se recreaba enseñándole las bragas al personal. A mí los que me conquistaron aquella lluviosa noche fueron los Leño.
Las historias del abuelo Cebolleta (mode off)

La canción, 'Todo a pulmón', no es de él. Es de Alejandro Lerner, que viene siendo como Miguel Ríos, pero en argentino. La grabó por primera vez en el 83.

A lo que voy: Llevo 26 años escuchándola (y perpetrándola en la ducha cuando tengo la certeza de que nadie me escucha).
26 años, y ahora empiezo a entenderla.

A mí también, compañero

A mí también me aburre la campaña, compañero.
Y sólo van dos días.

Domingo por la mañana. Un sol que te mueres. Amanecer después del día de los enamorados.
Y en el Palacio, Zapatero.
Como para no quedarse frito.

Huevo y pico




Desde el principio sabía que me iba a costar un huevo lo del blog.

Pero casi me cuesta los dos.

Y todo porque no soy capaz de expresar lo que hay que expresar.

Mil perdones.
Bueno, en realidad sólo dos.

La foto de Soraya

Llevo todo el fin de semana viendo como le caen palos a mansalva a Soraya Sáenz de Santamaría por la foto de El Mundo.

Y no entiendo nada.

Algún día comprenderemos que los políticos son gente normal. Que sufre, ríe, siente y va al baño. Lo mismo que el resto de los mortales.

Arriba os dejo una selección de algunos que todos conocemos. Que no necesitan presentación. Son fotos del archivo de Qué! Todas ellas hechas desde el respeto.

Y no pasa nada.

Actualizo (31-01-2009): Efectivamente, las fotos reproducidas en esta entrada son de Óscar Izquierdo. No sólo eso. En su mayor parte la idea también fue suya. Y no haberlo puesto antes, otro error mío.

El Bocas

Todos los que pasan por una vida dejan su huella. Algunas imborrables. Otras se las lleva la primera brisa. Me acaban de dejar encima de la mesa esta postal con mensaje. Yo lo había bautizado como 'El Bocas' cuando habitaba en otra mesa.

"Tú mismo debes ser el cambio que desees ver en este mundo".

Bienvenido, Bocas. Te vas a quedar ahí, mirándome. Esta huella no la quiero borrar, por más que el pisotón me haya dolido. Mucho.

Un coruñés en Palestina


En los últimos dos meses he estado a caballo entre Madrid y Coruña. Allá, en la capital, me gusta encontrame con la embajada gallega: María, Marta, Iago, Nacho...

La última vez que estuve con Carretero me dijo que se iba a Palestina. Que lo habían ofrecido en la Redacción y que nadie quería pasarse la Navidad donde se supone que comenzó todo. Él sí.

Nacho tiene un par de huevos. Eso es innegable. Allá se fue. Y allá le reventó todo delante de sus narices.

Ahora, de vuelta a casa, nos está contando su experiencia. A mí me está sirviendo para dos cosas:
  1. Entender algo de un follón que hasta ahora me parecía de otro mundo.
  2. Darme cuenta de que las personas que me rodean son grandes. Muy grandes.
No os lo perdáis. Vale la pena.
(La foto también es suya, de su galería)