Reventado


Escribo a punto de completar una jornada laboral de diecisiete horas. Y contento, fundamentalmente por dos razones:
  1. Lo hago porque me da la gana. Nadie me obliga.
  2. A pesar de todo, me gusta mi trabajo.
Diecisite horas dan para mucho. He visto amanecer. Me han ofrecido un par de docenas de sardinas, que he rechazado por motivos logísticos. Me he echado unas risas en una plaza recién estrenada. He pateado unos cuantos kilómetros, que nunca viene mal. He descubierto un nuevo sitio donde ponen callos 'pata negra'. Me ha dado el sol en toda la cara. Las setas de la comida no estaban del todo mal...

Otros prefieren andar de paseo.

Así que cuando leas esto seguramente esté roncando como un cenutrio. Me van a disculpar las selecciones de España y Grecia, y los índices de audiencia de Cuatro.

Hasta mañana.

(Foto: El sol se asoma al puerto de Sada. Ya llevaba tres horas dándolo todo).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No seas tan egoísta y "cántanos" el sitio ese de los callos.

Túzaro dijo...

Mmmmmmmm... Vale, pero no te los comas todos. Plaza de San Agustín. Esquina entre Marqués de Pontejos y Pío XII. ¡Que aproveche!