Antonio y Melania

Morid de envidia, y si resucitaseis, volved a morir. ¿La veis? Es Melanie Griffith. Y el beso era para mí. (Bueno, para mí... y para los trococientos fotógrafos, cámaras y demás fauna que la teníamos en el punto de mira, desde el gallinero del teatro Colón).

La de al lado es la mamá de Antonio Banderas, al que tuve presente ayer. Me quedé con las ganas de decirle que a mí, la peli que más me ha gustado de toda su carrera es Bajarse al moro. Vale, rarito que es uno. ¿Y qué?


A veces esta peculiar forma de ganarse la vida te regala este tipo de sorpresas. No sé qué valor tienen, pero al menos te dan cosas que contar.

Hace unos años, cuando el desfile de las Fuerzas Armadas, tuve ocasión de charlar con el Rey. Fue una conversación intrascendente, pero que jamás olvidaré. Sí, es verdad. Es un tío campechano. Se acercó a nosotros con una copa de vino en una mano y una loncha de jamón en la otra. Nos contó que Froilán lo tenía machacado. Que le dolía la espalda. "Mi médico me dice que si después de los 40 no te duele algo todos los días, es que algo no funciona", me espetó.

Ahora que he llegado a los 40, sé que el galeno real tiene razón. Hoy me duele todo. Los actos de Casa Real son una paliza. Lo siento por los monárquicos, pero espero que todas Sus Majestades tarden en volver por aquí.

Por cierto. A dos centímetros de mi abierta boca pasó y se repasó Pilar Rubio. Dios que la crió. ¡Menuda hembra!

En fin. Me voy a dormir. Soñaré con sus armas de mujer. Mañana más.

2 comentarios:

Titajú dijo...

Te diré: Melanie y su machoman me traen sin cuidado, pero, por favor, si aparece cualquiera de los 007, llámame o deja aviso en mi blog.
El rey, como siempre, con su copa de vino. Todas las veces que lo he visto en persona (tres) tenía una copa en la mano, y creo que no era la primera.
Pero vi, en una ocasión, a Liv Tayler comprándose unos zapatos en una exclusivísima tienda de Nueva York donde entré de mirando porque aquello no era par mortales.
Aparte de ser pequeñísima (o yo muy grande), tiene una cara preciosa.
Que descanses.

PMM dijo...

Pues a mí me hubiera encantado estar detrás del objetivo de esa cámara, y si el del beso fuera Antonio, el Banderas, claro, mucho mejor.