Un pedazo de sábado



Me hacía falta algo así. Me he levantado a la hora que me salió del nabo. He bajado a por los periódicos, que tampoco traían nada del otro mundo (ni de este). He estado un rato charlando con un mendigo al que los laceros se le han llevado el perro. (Mañana os contaré algo más). Luego me he ido a comer con la familia.

Después enloquecimos.

Nos fuimos a por los bañadores y nos largamos a nuestra playa favorita -os diré donde está cinco minutos antes de palmarla, no antes, que me costó un huevo encontrarla- dispuestos a 'mojar los pies'.

¿Los pies? No sólo me metí enterito. También le quité el polvo a las gafas de bucear. Estaba algo fría, pero me sentó como Dios.

Luego me encontré a unos amigos que hacía años que no veía. Y en el sitio más inésperado. Con Cachi, Estrella, Carlangas y Mari Luz viví algunos de mis mejores años y compartí cosas que nunca se olvidan.

Por la noche, ella y yo volvimos, años después, a La Casa de Las Tortillas. Os lo recomiendo, y en particular su licor de miel.

Eran ya las once de la noche, y lo mejor estaba por llegar. Nos fuimos al castillo de San Antón, abierto y gratis. Nunca había estado de noche. Mucho ambiente, poca luz... Y mientras a Cenicienta la carroza se le travestía en calabaza, en el patio de armas, Miki Nervio & The Bluesmakers.

Allí nos sorprendió la lluvia, ya conquistada la una...

Cojonudo sábado. Como os dije al principio, lo necesitaba.

La semana va a ser jodida, me temo. Ya veremos.

1 comentario:

Túzaro dijo...

Efectivamente. Veo que estás en todo. Hay que salvar al 'Canijo'